Qué estás escribiendo ahora es una pregunta que me hacen muy a menudo y cuya respuesta nunca satisface ni al interesado ni a mi misma, porque debo resumir en pocas palabras, normalmente dos, el trabajo de cuatro, a veces cinco años. ¿Thriller psicológico? ¿novela de misterio? ¿novela gótica? ¿historia de suspense?… Es muy difícil tratar de darle un nombre a ciertas cosas, sobre todo cuando se ven desde dentro. Al hacerlo lo encerramos en un nicho que deja fuera matices y detalles que son probablemente la esencia de la obra. Lo que es más, esas dos palabras pronunciadas nos refieren automáticamente a esos cientos, miles de ideas con las que relacionamos un género y con la misma rapidez aceptamos o descartamos su “consumo”. Siempre me produce cierta desazón tener que explicar “en que estoy trabajando ahora” precisamente porque lo que yo hago o trato de hacer no puede definirse en dos palabras, y si puede, yo no sé hacerlo.
Para explicar lo que estoy escribiendo y que nada se pierda siento que tengo que contar la novela entera porque todo lo que escribo es esencial, (si no prefiero no incluirlo), y para eso, la respuesta requeriría más paciencia y tiempo de los que hoy nadie dispone. El resultado es que me lío y lío al oyente que se va con la sensación de que el embrollo ha sido intencionado porque nada hay más sencillo que decir: Es una novela de misterio. ¡Ahhhh! ¡Qué interesante! Ya está. Todos contentos.
Con Heroica, la novela que llevo escribiendo 4 años, mi respuesta es sin embargo más segura. El oyente se queda igual de confundido, pero yo al menos me siento satisfecha. Hay uno que gana algo. Yo. Antes perdíamos los dos. No incluye todo pero la formula que estoy tratando de combinar queda resumida en dos palabras por las que siento especial fascinación. Cuando me preguntan contesto: Es un Western mitológico. El lector, o el amigo, o el amigo lector trata de buscar en su mente ideas relacionadas con ese género sin éxito porque, aunque sabe perfectamente que es un western y tiene alguna idea de lo que es la mitología griega, nunca ha visto esos dos términos juntos. Tengo que recurrir igualmente a la explicación, pero en este caso me encanta, porque para mi es un descubrimiento haber llegado a la conclusión de que dos de los “géneros” que más me gustan, son en realidad, las dos formas más genuinas de representar la imagen del héroe. Excluyendo por supuesto el romanticismo del que hablaremos otro día.
El cowboy y el héroe griego tienen en común mucho más de lo que a simple vista parece. En el western, más que en ningún otro género, los valores y los temas son aquellos que forman parte de la mitología heroica griega. El héroe es, como el cowboy, un ser solitario, individualista, que no egoísta, cuyo pasado es incierto y cuyos actos siempre implican elecciones morales. El héroe y el cowboy llegan de ningún sitio, justo hasta el lugar donde se les necesita, y con su espada o su revolver, su falta de convencionalismos y su espíritu libre e insobornable hacen justicia, restablecen el orden y se marchan por donde han venido.
Con sus actos, como dice Slotkin, redimen o son redimidos. Hay en ellos algo trágico y algo envidiable, algo eterno que nos recuerda que siempre habrá seres dispuestos a ser ellos mismos, ajenos a las modas y las corrientes. Seres que vienen y van, mientras el resto se pudre en una quietud moral acomodada, seres equipados con valores perpetuos, que a pesar de su desarrollado sentido de la justicia parece como si sólo pudieran tratarse de tú con las más altas esferas.
Esto, a grandes rasgos, es Heroica, un cowboy femenino enredado en la mitología griega. Sé que no es una explicación muy profunda, pero es una etiqueta, de esas de dos palabras, con la que me siento satisfecha y que me permite resumir con cierta seguridad "lo que estoy haciendo ahora". De ahí a su conclusión, otra pregunta frecuente, queda aún un trecho. Terminaré cuando termine de aprehender y aprender de una vez por todas, cuál es, como dice Savater, La tarea del héroe.
Continuara…
Con Heroica, la novela que llevo escribiendo 4 años, mi respuesta es sin embargo más segura. El oyente se queda igual de confundido, pero yo al menos me siento satisfecha. Hay uno que gana algo. Yo. Antes perdíamos los dos. No incluye todo pero la formula que estoy tratando de combinar queda resumida en dos palabras por las que siento especial fascinación. Cuando me preguntan contesto: Es un Western mitológico. El lector, o el amigo, o el amigo lector trata de buscar en su mente ideas relacionadas con ese género sin éxito porque, aunque sabe perfectamente que es un western y tiene alguna idea de lo que es la mitología griega, nunca ha visto esos dos términos juntos. Tengo que recurrir igualmente a la explicación, pero en este caso me encanta, porque para mi es un descubrimiento haber llegado a la conclusión de que dos de los “géneros” que más me gustan, son en realidad, las dos formas más genuinas de representar la imagen del héroe. Excluyendo por supuesto el romanticismo del que hablaremos otro día.
El cowboy y el héroe griego tienen en común mucho más de lo que a simple vista parece. En el western, más que en ningún otro género, los valores y los temas son aquellos que forman parte de la mitología heroica griega. El héroe es, como el cowboy, un ser solitario, individualista, que no egoísta, cuyo pasado es incierto y cuyos actos siempre implican elecciones morales. El héroe y el cowboy llegan de ningún sitio, justo hasta el lugar donde se les necesita, y con su espada o su revolver, su falta de convencionalismos y su espíritu libre e insobornable hacen justicia, restablecen el orden y se marchan por donde han venido.
Con sus actos, como dice Slotkin, redimen o son redimidos. Hay en ellos algo trágico y algo envidiable, algo eterno que nos recuerda que siempre habrá seres dispuestos a ser ellos mismos, ajenos a las modas y las corrientes. Seres que vienen y van, mientras el resto se pudre en una quietud moral acomodada, seres equipados con valores perpetuos, que a pesar de su desarrollado sentido de la justicia parece como si sólo pudieran tratarse de tú con las más altas esferas.
Esto, a grandes rasgos, es Heroica, un cowboy femenino enredado en la mitología griega. Sé que no es una explicación muy profunda, pero es una etiqueta, de esas de dos palabras, con la que me siento satisfecha y que me permite resumir con cierta seguridad "lo que estoy haciendo ahora". De ahí a su conclusión, otra pregunta frecuente, queda aún un trecho. Terminaré cuando termine de aprehender y aprender de una vez por todas, cuál es, como dice Savater, La tarea del héroe.
Continuara…
6 comentarios:
Hace poco finalicé la tercera lectura de "Arcadia". He comprobado con satisfacción que después de dos lecturas todavía he podido exprimir un poco más su jugo y he saboreado ese dulce néctar que sólo emana de la alta literatura.
Espero con impaciencia la publicación de Heroica.
Gracias Anónimo.
Son lectores como tu y comentarios como este, los que riegan y nutren ese néctar del que hablas.
Eres el lector que todo escritor desea.
Un saludo,
Samantha Devin
Soy el anónimo del mensaje anterior.
Gracias, tú también eres la escritora que yo deseo leer.
Hay un autor que me fascina tanto como tú. Te envidio porque lo tienes muy cerca, vive concretamente en Glastonbury. Se trata del historiador y filósofo Timothy Freke. Quizá lo conozcas, y si no, me atrevería a sugerirte que si puedes le sigas la pista. Si te dijera que es uno de los mayores expertos mundiales en religiones mistéricas antiguas, lo describiría sólo a medias. Por encima de eso, es alguien que pone en práctica en su vida la gnosis tal como la entendían los antiguos.
Que la madre Deméter te ilumine.
¿Qué es un héroe?, alguién que presionado por las circunstancias, saca de si lo mejor. Un héroe es un tipo que preferiría seguir su camino, como Bartleby, pero tiene que decir, ¡bueno ya basta!
Un héroe suele ser un sacado, y lo ponen borde los dictadores, las injusticias. ¿Quijote fue un héroe?
¿La bilis negra no es la de la depresión?
un ultimo comentario, solo he leido tu primera pagina de bilis, pero dios mio, que descripción del camino, y que envidia que siento, cuando veo a un colega que logra esa magia.
He comprado el libro bilis negra¨en la estacion de renfe de Valencia, de oferta , y como ya me recomendaste ¨la tarea del héroe¨y el tuyo de arcadia , decidí agenciármelo.
En este post que me ha encantado porque pones la miel en los labios de los que veneramos o soñamos o fantaseamos con la idea de un orden de justicia universal encarnado el figura de alguien , y matizado con sus propia actitud vital , sus vicios menores y su justicia poética-el heroe-
También eso que has comentado de no saber de donde viene, y que después se irá. la idea del nomada que deja huella ,de la huida, ,en fin lo que tan acertadamente has dicho,,y que seguro que se ve en la próxima novela
Mienr¡tras me embaracré en la bilis negra.que ¨casualmente¨encontré en la estación de renfe de Valenvia...
En fin
un saludo de alejandro
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