jueves, 13 de julio de 2006

POR QUÉ HE ESCRITO UN MANIFIESTO RELIGIOSO REVOLUCIONARIO

Arcadia es mi deseo de devolver a la literatura el lugar que una vez ocupó en la historia. Es un deseo de convertir la palabra en valor, en ideología con la que observar y actuar en el mundo.
En la antiguedad, Homero creó de los deseos, de los recuerdos y de las necesidades que compartían los griegos, dos obras que se convirtieron en religión, en forma de interpretar el mundo. Arcadia pretende (¿lo consigue?) despertar las ansias de un nuevo pensamiento heroico, de una nueva forma de mirar. Puede parecer una tarea absurda, porque hoy nadie, o casi nadie, se dedica a pensar, y mucho menos a construirse una mirada heroica a través de la literatura. Pero algunos, esos pocos principes que viven ocultos entre el gentio y la mediocridad, sabrán ver lo que se ofrece, lo que se propone. (Soy Nietzscheana de ahí mi tono elevado, profético y elitista)
La literatura, en su momento más poderoso, fue la que dotó de sentido a la realidad. Por eso, pasando por encima de la pobreza ideológica que se ofrece a los jóvenes y a los no tan jóvenes, decidí escribir una novela que alimentara el sueño de una Arcadia mítica y que nos recordara que es un deber convertirnos en nuestra propia leyenda. Eso es casi imposible desde la ideología cristiana pero resulta más factible si partimos de la poesía que inunda el paganismo griego.
La evolución, como sabían lo antiguos griegos, no es un proceso estable. Sostener la propia humanidad es un trabajo arduo y constante, porque ser hombre es un premio, no un regalo. No todos los seres que vemos moverse a nuestro alrededor son hombres. A simple vista lo parecen, pero cuando te acercas e intercambias dos palabras te das cuenta que es sólo un simulacro, una posibilidad apenas desarrollada.
Arcadia apela desde sus páginas a los héroes, a esos que, como Aquiles, saben que para vencer a la muerte es necesario construirse una vida única e inalienable. Arcadia crea escenarios nuevos donde desarrollar nuestra voluntad heroica y rescata la posibilidad de observarnos vivir e interactuar con lo invisible. Arcadia, inclasificable, según dicen los periodistas de nuestro país, es mi propio sueño heroico. Mi propuesta de cómo ser un héroe en el mundo moderno. Sólo quien sepa leer, quien quiera ver, aprovechará todo su contenido, toda su forma y todo su espíritu.

1 comentario:

Isobel Rivers dijo...

Hola Samantha. Supe de usted a través del programa de Sanchez Dragó, que no suelo ver... pero éste lo vi. En principio me llamó la atención usted, más que su libro. Su actitud, su seguridad, su individualidad, su arrogancia, su misantropía, su capacidad de sorpresa. Me gustó. Así que fuí a echar un vistazo a su libro. Tenía a su favor que en los últimos años mi interés por la tragedia griega (que me ha fascinado desde la infancia) haya ido en aumento. Aún así, cuando lo ví no tenía muy claro si no me estaría llevando la versión pagana del Código da Vinci.
Bien, ya lo leí. Enhorabuena. Creo que ha conseguido su propósito. Claro, que conmigo lo tenía fácil. Comparto su punto de vista y el modo de enfrentarnos a la vida, creo.
Es un buen libro. Ójala tenga éxito; ójala tenga muchos lectores (...aunque yo tuve que rebuscar por las estanterías...); ójala los lectores lo sepan leer.
Un saludo.