lunes, 24 de julio de 2006

LA AUTOSUFICIENCIA DE LO AXIOMÁTICO EN CAOS

“En primer lugar existió el Caos” En la cosmogonía griega el origen de todo lo conocido residía en el vértigo, en una oscuridad indiferenciada donde reinaba una confusión infinita. Al intervalo milenario que Caos representa le fue dada la lúgubre apariencia de un abismo. Era una forma de abordar con la imaginación la imposibilidad de traspasar el misterio que rodea La Creación. Cualquier creación. La apreciación humana de un “antes del todo” ya sea erudita o pre-científica es inseparable de esa visión caótica. Porque la noción de desorden es una representación del desconocimiento, no sólo del universo que nos rodea, sino de nuestro interior. Hoy, miles de años después de que alguien sospechara su inaccesibilidad, aún disponiendo de satélites y telescopios, el misterio sigue asentado, incluso entre los más eminentes científicos, en el enigma de lo primigenio.
La imagen moderna que más se parece a Caos la encontramos en los agujeros negros. Para los antiguos griegos -como apunta Jean Pierre Vernant en, El universo, los dioses y los hombres -Caos era “una inmensa boca siempre abierta, en la que todo quedara engullido en una misma noche indiferenciada”. Caos era una vorágine enmarañada donde ni siquiera había lugar para el tiempo o el espacio. Era la soberanía en estado puro. Esa “actitud radical” no debe, sin embargo, ser interpretada como una forma de conservar la hegemonía sino como parte inseparable de su naturaleza: Caos actuaba en su misión de única realidad latente y patente, con toda la perfección que se espera de un dios primigenio. Su labor, desde el punto de vista humano, puede resultar terrorífica, pero desde el quehacer de los dioses es irreprochable.
Una de las características más fascinantes de Caos es que el único dios que no solicita adoración. No la requiere porque a diferencia del resto de los dioses olímpicos su existencia implica una soledad total, una ausencia de alteridad categórica. Caos es dios por sí y para sí, sin necesidad de que nadie venere su oscuridad insondable. Después de todo, ¿qué podría adorarse de una negrura que gira sobre sí misma sin orden ni control? Para empezar la autosuficiencia. Ser dios sin que nadie lo sepa es un acto de superioridad admirable. Realidades tan ineludibles como La Muerte, La Oscuridad, La Noche, El Odio o La Culpa descienden de Caos. Existen como una marca de fábrica del universo, como un gen que porta la destrucción y el desorden. Pero Caos y su descendencia están más allá de cualquier reproche porque habitan, sin saberlo, un espacio fuera de la compasión. Son insobornables. No hay sacrifico ni oración que puedan conmoverlos. No tienen necesidades, ni carencias. A diferencia de los dioses del Olimpo, no poseen cualidades humanas. Sus atributos y competencias son las de todo aquello que es tenebroso y opaco a la comprensión. ¿Qué clase de relación podría establecerse entonces con quien se basta y se sobra para existir? Parece ser que ninguna. Los dioses primigenios surgen sin necesidad del deseo, sin necesidad de una unión con otro ser. Brotan de sí mismos. Estamos ante la autosuficiencia de lo axiomático. En ese sentido no existe nada en el universo tan ajeno a nuestra propia naturaleza y, sin embargo, todos procedemos de Caos.
Caos es paradigma de lo inaccesible. Penetrar en su misterio supondría descubrir cosas tales como el sentido de la muerte y de qué se nutre, o cuáles son sus mecanismos y pretensiones. Sería poder ver en la más absoluta oscuridad algo que trasciende la no-luz, familiarizarse con lo que anida en la negrura, y comprenderlo. Tal vez por eso, porque no necesita ser comprendido, los científicos y los filósofos llevan milenios tratando de acercarse inútilmente a su significado: Big Bang, Teoría de las cuerdas, Teoría del Caos... Mientras las mentes más dotadas del planeta dedican su vida a descifrar su origen y su razón de ser, Caos, inmutable, seguro de su soberanía como nunca lo estuvo un dios, permanece distante, envuelto en el misterio de un tiempo que escapa a nuestra inteligencia. Su supremacía ha dejado en el orden cósmico un rastro imborrable e invisible a los sentidos, pero perceptible para la imaginación. A pesar de la eternidad que nos separa de su reinado, en el universo aún puede sentirse el eco de su descomunal latido.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Te felicito por tu prosa. Brillante y vitalista. Desarrollas el tema con erudición sin llegar a ser "cargante".

He leido la sinopsis de tu Arcadia. Y la descripción de tus personajes. Me han parecido tan estimulantes o más que tu "post". Hace tiempo que me hago reflexiones parecidas a las que sugieren las descripciones de tus personajes. Debe ser porque desde hace un tiempo a esta parte me cuestiono todo, harto de la falsa manera de vivir que nos venden.

No me extiendo más. Seguro habrá más "posts" que podamos comentar.

Saludos,

Jose

Samantha Devin dijo...

Gracias por tus comentarios, Jose.
Yo te felicito a ti por ese bendito cuestionamiento que es la base de la que parte cualquier cambio importante en nuestras vidas. Pero no te engañes, no nos venden nada, nosotros lo compramos. Somos libres para elegir y por lo que se ve, hoy se elige lo fácil y lo vulgar. La oferta de cultura, libros , música, arte, pensamiento, ciencia, etc, es hoy más accesible que nunca. Si la mayoria elige lo "falso", como dices, es porque vivir en lo verdadero cuesta mucho trabajo y construirse una personalidad y una forma de estar en el mundo de la que sentirnos orgullosos requiere un esfuerzo que muy pocos están dispuestos a realizar. Si lees Arcadia te darás cuenta de que a pesar de lo que creemos la posibilidad de convertirnos en nuestra propia leyenda está ahí. No lo digo de forma metafórica, ni literaria, sino apelando a esa parte de nosotros que sueña con la excelencia, con llegar a ser, como soñabamos de niños, rey, héroe, caballero, superman... No importa demasiado que no alcancemos la meta, Goethe, por ejemplo, no lo logró y sin embargo, lo que más impresiona de él es lo que se propuso llegar a ser. Para mí, el héroe de los héroes, reales, es Byron. Él creó una imagen de sí mismo y la persiguió hasta su muerte. Se convirtió en su propio ideal. Me fascina la gente que tiene la capacidad de creer en sus sueños. Creer es crear. Saludos. Samantha Devin

Anónimo dijo...

Hola, Samantha, tuve la oportunidad de conocer tu imagen el Telemadrid. Estuve hasta el final de un programa que no veo nunca por lo tarde que se emite y porque Sánchez Dragó no es personaje de mis preferencias ni personales ni literarias.

Curioso grupo hacíais: La gran señora feminista y consagrada, la muñequita de aspecto quebradizo y voz aguda y la tímida principiante con carita de ser de pueblo reunidas con un desagradable fauno que hace lo que puede para agradar a quien sea.

El comienzo del programa fue un tanto confuso pero luego se centró algo más. Qué quieres que te diga, no soprto la militancia feminista pero no dejo de admitir que la mujer pgó, paga y seguirá pagando un alto precio personal y colectivo por mor de la primera división del trabajo, heredada, de la especie humana, la división de tareas por sexos (perdona pero lo de género me parece una estupidez en castellano)

Epero leer Arcadia. Tu carta a Alejandro Gándara, escritor que no me gusta, me pareció bien escrita, mu directa y refrescante. Por mi edad, algo avanzada pero con moderación, prefiero como es casi de ley las obras confidenciales y de faction y por eso suelo huir de las obras de fiction, como por lo que te oí parece que es Arcadia. Ya te daré mis impresiones personales sin que tengan para nadie el menor interés.

Espero que tu nombre se imponga en los escaparates de las librerías.

Saludos de

Francisco de Oviedo

virginia dijo...

me gusto mucho es escrito y me sirvio tambien, soy pintora y mi tema centralo es el caos y la acumulacion, y en este escrito de alguna manera me aclaraste el como nace , y el porque.

si tienes mas escritos .. te agradeceria para saber donde ubicarlos

muy profundas y humanas respuestas

gracias

atte virginia guilisasti

virginia dijo...

samantha:

soy pintora y mi tema central es el caos y la acumulacion de objetos encontrados en demoliciones.

Las demoliciones tiene este aspecto caotico, desordenado,con una panoramica de dificil lectura.

En tu escrito dices que el caos nace antes de que se haga una creacion. las demoliciones nacen por la nesecidad de una nueva construcción.

en este escrito de alguna manera me aclara el valor del nacimiento, el parto, el dolor para que algo nazca.

si tienes mas escritos .. te agradeceria para saber donde ubicarlos

muy profundas y humanas respuestas

gracias

atte virginia guilisasti